¿Qué es blockchain?
La blockchain o cadena de bloques es una tecnología que permite la transferencia de datos digitales con una codificación (encriptación) muy sofisticada y de una manera completamente segura.
Pero además, contribuye con una tremenda novedad: esta transferencia no requiere de un intermediario centralizado que identifique y certifique la información, sino que está distribuida en múltiples nodos independientes entre sí que la registran y la validan sin necesidad de que haya confianza entre ellos.
Una vez introducida, la información no puede ser borrada, solo se podrán añadir nuevos registros, y no será legitimada a menos que la mayoría de ellos se pongan de acuerdo para hacerlo.
Junto al nivel de seguridad que proporciona este sistema frente a hackeos, encontramos otra enorme ventaja: aunque la red se cayera, con que solo uno de esos ordenadores o nodos no lo hiciera, la información nunca se perdería o el servicio, según el caso del que hablemos, seguiría funcionando.
Un ejemplo que ilustra la importancia de la red distribuida está en las redes sociales. Con este sistema, blockchain eliminaría la centralización que imponen aplicaciones como Facebook o Twitter a la hora de identificarnos o validar la procedencia de nuestros mensajes, y la integridad de los mismos sería garantizada por la red de nodos.
Cada uno de esos bloques contiene la información codificada de una transacción en la red. Antes hicimos la analogía del libro contable, donde anotamos, por ejemplo, que salió A y entró B. Pues bien, blockchain se comporta igual, pero será la red de nodos distribuidos quienes tengan que certificar que esos datos son verdaderos.
¿Cómo lo
hacen?
Cada bloque de la cadena porta el paquete de transacciones y dos códigos,
uno que indica cuál es el bloque que lo precede (excepto el bloque
origen, claro), y otro para el bloque que le sigue, es decir, que están
entrelazados o encadenados por lo que se llaman códigos o apuntadores hash.
Ahora entra en juego el concepto de minado que realizan los nodos,
es decir, el proceso de validación de la información. En este proceso
de minado o comprobación, cuando hay dos bloques que apuntan al mismo
bloque previo, sencillamente gana el primero en ser desencriptado por la
mayoría de los nodos, es decir, que la mayoría de puntos de la red deben ponerse de acuerdo para validar la información. Por eso, aunque blockchain genera múltiples cadenas de bloques, siempre será legitimada la cadena de bloques más larga.
Uso de blockchain
Cualquier tipo de información que necesite ser preservada de
forma intacta y que deba permanecer disponible puede ser almacenada en
blockchain de manera segura, descentralizada y más económica
que a través de intermediarios. Además, si esa información se guarda
cifrada se puede garantizar su confidencialidad, ya que solo quien
cuente con la llave de cifrado pueda acceder a ella.
Por otro lado, resultaría muy útil para la gestión de bienes y documentos digitales. Hasta ahora el problema de lo digital es que todo es fácil de copiar, pero blockchain permite registrar compras, escrituras, documentos o cualquier tipo de bien digital y que no pueda ser falsificado.
También puede revolucionar el mercado de Internet de las Cosas (IoT), donde el reto recae en los millones de dispositivos conectados a Internet que deben ser gestionados por las empresas proveedoras. En unos años, el modelo centralizado no va a soportar tantos dispositivos, sin contar que muchos de ellos no son lo suficientemente seguros. Con blockchain los dispositivos pueden comunicarse a través de la red de manera directa, segura y confiable, sin intermediarios.
Blockchain permite verificar, validar, rastrear y almacenar todo tipo de información, desde certificados digitales, sistemas de votación democráticos, servicios de logística y mensajería, contratos inteligentes y, por supuesto dinero y transacciones financieras.
Para que una cadena de bloques sea considerada como tal, de acuerdo a los puristas –dentro de los cuales me incluyo– debe ser:
1. Abierta
El software que le da vida a la cadena de bloques es de código abierto, por tanto, nadie debe pagar licencias o regalías ni pedir permiso para utilizarlo y mejorarlo. Del mismo modo, cualquiera puede participar en la red descargando una copia parcial o total de la cadena de bloques y actuando en función de las reglas de consenso establecidas previamente.
2. Sin fronteras
Ya no se trata de los estados nación como intermediarios de confianza, se trata de una confianza “redcéntrica” –según término acuñado por Andreas Antonopuolos, autor y gurú de bitcoin y blockchain–. Es decir, debe estar basada en la computación, en código de software, en la exactitud de las matemáticas.
La red no debe tener intermediarios. La red es la confianza per se, teniendo en cuenta que toda información que transita por ella es verificable públicamente a través de un explorador de bloques como, por ejemplo, blockchain.info.
3. Transnacional
La red funciona distribuidamente en diferentes ubicaciones geográficas alrededor del mundo en nodos que corren una réplica exacta de la cadena de bloques, preservando así, un mismo estado unánimemente, una misma verdad que no puede ser modificada arbitrariamente por ninguno de los nodos sin que haya un consenso generalizado.
4. Neutral
No sirve a los propósitos de ningún Estado, organización o institución. Cada miembro de la red –llamado nodo– sigue las reglas de consenso neutralmente y, si no las sigue, simplemente es expulsado.
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Errores comunes al hablar de blockchain
https://liberlion.blogspot.com/2020/10/errores-comunes-al-hablar-de-blockchain.html


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